¿Por qué no había visto True Detective?

|


Este fin de semana tenía muchas cosas pendientes. Una era terminar el libro de Lena Dunham "No soy ese tipo de chica" y la otra concluir la primera temporada de True Detective, una serie que jamás me llamó la atención en su momento, a pesar de que todos mis amigos serie-adictos de Facebook la comentaban (lo mismo que pasó con Breaking Bad, grosso error). Pero así soy yo, medio slowpoke para mis cosas. No me quiero justificar, pero en esos momentos de mi vida, tampoco tenía mucho tiempo que digamos, mi trabajo requería mucho tiempo, incluso extra programático (en mi casa).

No sé cómo partir hablando de esta serie, quiero partir quizá diciendo que es lejos la mejor serie que he visto en mi vida (y eso que soy la fan número uno de Game of Thrones). Y que cuando terminé de ver el último capítulo, tenía un nudo tremendo en el estómago. Ésa noche hasta soñé con los terrores que habitaban en el mundo de True Detective (y que muy de verdad, y muy seguramente, habitan en este mundo). Porque eso fue lo que más me dejó mal, me recordó que no estamos a salvo del mal, y como mujer (y también porque estoy en contacto siempre con niños pequeños que deseo proteger más que a nada en el mundo), me llegó, me llegó hasta la médula. Qué terrible sentir ése miedo a lo animal, a ésa bestia maldita que habita silenciosa en las personas. 

Es un guión excepcional, creado a la perfección. Debo reconocer que los primeros cinco capítulos (y son ocho en total) no cachaba ni huea de lo que pasaba. La serie se iba en puro bla bla de unos investigadores entrevistando a estos dos policías por unos hechos ocurridos 17 años atrás, en los que ellos encontraron muerta a una prostituta (o ya no tan prostituta). La tipa buscaba la redención, pero para su mala pata no se pudo encontrar con nada más que con una iglesia satánica y sus locos adeptos, que le hicieron de todo y luego la sacrificaron para sus fines macabros. Los protagonistas nunca encontraron mucha coherencia en lo que iban descubriendo, no lograban relacionarlo muy bien, y tampoco nosotros.
Entre medio, además, nos muestran aspectos de la vida íntima de estos detectives, que te hacen pensar o dudar de que uno de estos policías se tostó jevi y terminó convirtiéndose en el asesino en serie que buscan (porque muchas cosas parecen indicar aquello y porque así nos meteríamos en un buen cliché hollywoodense).

Sorpresa, de repente, dan con el ex marido de la mina asesinada que les habla por casualidad de que su compañero de celda era un tipo requete rallado del mate, que le hablaba sobre una iglesia satánica que no sólo tenía predilección en cazar minas, sino que también niños. Tengo que detenerme ahí. 

Entre todo el sin sentido o el "relleno" que te hacen presenciar (porque los detectives se dan un montón de vueltas y más vueltas en personajes y parajes), se nos dan un montón de pistas y elementos claves que ni nosotros ni los detectives prestamos mucha atención.

No puedo seguir mandando spoiler, pero debo mencionar que el capítulo cinco marcó un antes y un  después en la serie. Una que ocurre lo más terrible hasta el momento, y sin previo aviso. Nadie me advirtió que la serie es súper cruda y fuerte (ahora yo se los advierto, solo a los sensibles de corazón). Que nunca muestran NADA, pero hacen algo peor que eso: dejar a tu imaginación absolutamente TODO. En éste todo y nada, es tú imaginación la peor enemiga. Si ya el tema de la violencia a la mujer es terrible para mí, peor es el tema del maltrato infantil, y aquí señores, nos dejan peinados para atrás.



Los últimos tres capítulos son perfectos y terribles, hermosos y desconocidos. Una porque nos adentramos súper poco (nada) en la mente de un psicópata asesino serial, y ya nos queremos ir gritando y diciendo BASTA-SUFICIENTE. Lo otro, es que te das cuenta, junto con los protagonistas de que todas las respuestas estuvieron AHÍ, siempre. Solo tenías que caminar hacia atrás, sobre tus propios pasos. Me sentí tan hueona y culpable y angustiada, al igual que los detectives (si tan solo hubiesen cachado al hueón antes).

El guionista-creador de la serie jugó con mi cabeza y lo hará con ustedes. Al final no caché ni cómo ni cuándo estaba metida hasta las patas, con un dolor terrible de estómago, rogando a DIOS que no fuera tan malo y que permitiera vivir a los buenos, y ojalá descuartizar a los malos, pero eso, es puro sabor amargo.

Me dan unas ganas de spoilear, pero no puedo, simplemente no puedo. Solamente me queda mencionar mi amor eterno a Matthew McConaughey porque éste fue lejos el mejor personaje que ha hecho, chao Dallas Buyers Club, ni a los talones. Rust quedará en mi memoria como un Verdadero Detective, y a Woody Harrelson (esa trompitaaa) que lo odié en muchos episodios por ser un cabrón, pero todo cabrón merece tener una redención digna como esa, y por ende, amor eterno y besos en esa boquita. 
Veánla y démosle al spoiler, forever and ever.

P.D.: Empecé a ver la segunda temporada de True Detective, y no estoy de acuerdo con los que andan diciendo (osea TODOS) que Colin Farrell cagó la serie, qué les pasa? antes nadie le tenía fe a McConaughey tampoco y ya tiene un Óscar en sus manos. Le tengo cualquier fe a Farrell, no solo porque lo quiero con papas y con todo (ketchup, mayo, mostaza), si no porque yo sé que se la puede! y Rachel (linda preciosa) fuiste un tonto Ryan Gosling, y porque me encantan los combos de Vince Vaughn y porque Taylor Kitsch, conchetumadre, madre mía, perdóname Jesucristo, éste hombre DIOOOS, cuánto le daría (argggg)

0 comentarios: